Elizabeth Marx la chica de los tatuajes de aves en la espalda y la flor en la cadera, hermosa criatura que tal vez sea amante de la naturaleza y tenga intereses ecologistas variados.
Playboy nos la presenta completamente desnuda en una especie de selva tropical con algunas rocas, y no puedo pensar en otra cosa que una fiera salvaje, pero en el contexto exclusivamente sexual.
Claro está. De esas fieras que la naturaleza puso en la cima de la cadena y que solo se dedican a elegir su presa, devorarla y pasar a la siguiente. Así nos quiso vender Playboy a Elizabeth Marx.
Aunque probablemente esté en el jardín de alguna mansión de un millonario y la nena no soporte media hora en un ambiente lleno de mosquitos sin hacer un pataleta; empiece a pedir agua Cristal y repelente.
Pero lo mejor de la vida que es cualquier cosa se puede resolver con una bella mentira siempre que estemos dispuestos a creerla para ser más felices.