Tener un coño dispuesto a recibir cualquier tamaño de vergas es una cosa, pero estar en capacidad de hacerlo es otra completamente distinta. Para esto –como para muchas otras cosas- se necesita una práctica constante y mientras más jóvenes empiecen las chicas mejores serán los resultados. Es necesario también que tengan algo de flexibilidad en las piernas para que los músculos de las mismas no dificulten la entrada en la vagina. Los expertos recomiendan ir expandiendo la cavidad de la concha de a poco pero constante, empezar por dos dedos hasta llegar a objetos de mayor tamaño como balones de baloncesto, si llegando al extremo el lubricante no evita la fricción, se puede usar aceite de motor sintético del 60, que si soporta el roce de los pistones, cualquier otra cosa no será problema.
Joven Rubia expandiéndose el agujero vaginal
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