Lo que no te dicen de las asiáticas, es lo mucho que le gustan las pollas grandes. Desde muy jovencitas se vuelven prostitutas y sus coños necesita placer al estilo occidental, por ende follar con hombre de mayor estatura es lo único que las puede complacer.
La cultura es la excusa perfecta para que millones de hombres visiten el Oriente del mundo en busca de rajas muy estrechas y dar rienda suelta a sus fetiches más bizarros. No los puedes culpar, al menos que no tengas dinero para hacerlo y en ese caso, si puedes hacerlo. Por resentimiento.
Sabemos que un pobre del primer mundo, es un millonario de allá y eso abre un abanico de opciones para poder degustar las zorras más ardientes, que seguramente debe ser algo muy bueno porque hay toda una tradición de mujeres de esas tierras desde hace milenios.
De estas se asegura que saben cómo complacer a un macho. Al punto de haber llenado gran parte de la literatura con esas hazañas. Entonces no vamos a decir ahora que es todo un mito de internet cuando la leyenda ha nacido antes que la red existiera. Yo quiero creer que es verdad.