Uno de los casos donde el orden los factores altera completamente el producto es una orgias bisexual, al igual que una heterosexual alberga hombres y mujeres, pero en este caso todo hueco es penetrable, y esto es completamente literal.
Aunque al ser más común hoy en día la depilación masculina, cuidado de cejas, tintes para el cabello y la revolución del Punto G, la diferencia entre un dedo y un pene serían… ¡unos insignificantes centímetros! Esto se puede ver desde un punto de vista más abierto y tomado como una especie de liberación moderna, sin embargo los más ortodoxos reniegan de cualquier actividad masculina que involucre usar el ano para cualquier actividad más allá de la evacuación de excrementos.
¿Evolución y modernidad? –¡Pues no!– el sexo como tal no es exclusivo de un género y tampoco hay un lineamiento natural que lo restrinja a solo parejas de diferente sexo, incluso ni siquiera de la misma especie. Animales y humanos del mismo género han tenido sexo entre si desde mucho antes que la humanidad pueda recordar, hasta de diferentes especies como lo hacen los animales.
Incluso héroes de la era antigua lo hicieron: Aquiles, Alejandro Magno, Julio Cesar y hasta el primer emperador Cristiano Constantino tuvo su amante masculino. Por ende tal conducta y su condena es más moderna de lo que la mayoría piensa, esta responde a la influencia Judía y las religiones que derivan de ella. ¡Así que de moderno nada!
